A lo largo del curso el CEIP Santa Ana ha recibido diversos talleres de promoción deportiva en el centro ya que debemos creer firmemente que el deporte es mucho más que una actividad física: es una herramienta educativa que fomenta valores, fortalece la autoestima y promueve estilos de vida saludables desde edades tempranas. Por eso, este curso se ha lanzado una iniciativa muy especial: talleres de promoción deportiva centrados en el balonmano, el voleibol y el piragüismo.
Durante varios meses, el alumnado del CEIP Santa Ana ha tenido la oportunidad de experimentar tres disciplinas deportivas que, aunque no siempre forman parte del currículo habitual, han despertado gran entusiasmo entre los niños y niñas de distintos cursos.
Comenzaba este ciclo de talleres con un taller de balonmano impartido por el conocido REBI Balonmano Cuenca. El balonmano fue la estrella para los más mayores del centro (6º curso) ya que muchos son fieles seguidores del club. A través de juegos adaptados y circuitos lúdicos, aprendieron a lanzar, pasar y moverse por la cancha. La intensidad del juego y la posibilidad de marcar goles motivó a todos a participar activamente. Además, se trabajaron aspectos como el respeto a las reglas y la toma de decisiones rápidas.
Para los cursos de 3º a 6º, el taller de voleibol fue una verdadera revelación. Este taller que vino de la mano del entrenador de voleibol del Equipo Lorenzo Hervás y Panduro femenino de Cuenca fue muy motivador para los estudiantes que tuvieron la oportunidad de aprender reglas básicas del juego, técnicas como el saque, el pase y el remate y, sobre todo, el valor del trabajo en equipo. La dinámica del vóley resultó muy atractiva para los niños, que disfrutaron no solo jugando, sino también animándose entre ellos.
El último, y más reciente, ha sido el taller de piragüismo. Gracias a la colaboración con el Club Deportivo de Piragüismo de Cuenca, los estudiantes de 4º a 6º curso han podido conocer este deporte ya que nos han traslado su material al pabellón escolar donde los alumnos pudieron subir en una piragua portátil y conocer cómo se realiza el movimiento con la pala que beneficia el desarrollo de su coordinación y, por supuesto, la confianza en ellos mismos. ¡Muchos descubrieron una nueva pasión!
Estos talleres no solo han tenido un impacto positivo en el nivel físico de los alumnos, sino también en su desarrollo personal y social. Han aprendido a cooperar, a esforzarse, a superar pequeños miedos, a disfrutar del éxito compartido y a conocer nuevas disciplinas que pueden practicar en su tiempo de ocio.
Además, para muchos niños y niñas, esta fue la primera vez que conocieron de cerca deportes alternativos al fútbol o al baloncesto, lo que amplía sus horizontes deportivos y les permite encontrar su espacio dentro del mundo del deporte.
Desde el centro educativo se agradece muy sinceramente el apoyo de las familias, el entusiasmo del profesorado y la colaboración de los clubes deportivos que hicieron posible esta iniciativa. Debido al éxito de estos talleres, ya se trabaja en nuevas propuestas para el próximo curso!
Porque en la escuela, educar también es inspirar a moverse, a jugar y a soñar en equipo.
