A lo largo del tercer trimestre el Colegio Santa Ana recibía a varios miembros del personal sanitario del Centro de Salud Cuenca II para realizar un taller de Reanimación Cardiopulmonar (RCP). Esta actividad, dirigida a los estudiantes de 3º, 4º, 5º y 6º de Primaria, tenía como objetivo principal capacitar a los jóvenes en técnicas básicas de reanimación que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una situación de emergencia.
Desde el primer momento, el equipo de enfermería lograba captar la atención de los alumnos con una presentación clara, cercana y motivadora. Explicaban la importancia de actuar con rapidez ante un paro cardiorrespiratorio y cómo una intervención temprana puede duplicar o incluso triplicar las posibilidades de supervivencia de una persona.
El taller combinaba teoría y práctica. Tras una breve introducción sobre el funcionamiento del sistema cardiovascular y las causas más comunes de una parada cardiorrespiratoria, los estudiantes pasaban a la acción. Utilizando maniquíes de simulación, aprendían a realizar compresiones torácicas efectivas, a identificar signos de paro y a coordinarse en equipo para aplicar la cadena de supervivencia.
Uno de los momentos más destacados llegaba con la simulación de una emergencia real. Los alumnos, organizados en grupos, debían responder a una situación ficticia en la que una persona se desplomaba en el patio del colegio. Esta dinámica no solo reforzaba los conocimientos adquiridos, sino que también permitía trabajar habilidades como la comunicación, el liderazgo y el control emocional en momentos de crisis.
Los enfermeros, con paciencia y profesionalidad, corregían posturas, resolvieron dudas y ofrecieron consejos prácticos para mejorar la técnica. Además, se abordó el uso del desfibrilador externo automático (DEA), un dispositivo cada vez más presente en espacios públicos y cuya correcta utilización puede ser decisiva.
Más allá del aprendizaje técnico, el taller dejaba una huella emocional en los participantes. Muchos expresaron sentirse conscientes de su capacidad para ayudar a otros. “Nunca pensé que yo pudiera salvar una vida”, comentaba una alumna de 6º de primaria al finalizar la actividad. Este tipo de iniciativas no solo educan, sino que también fomentan valores como la solidaridad, la responsabilidad y el compromiso con la comunidad.
Desde el Colegio Santa Ana queremos agradecer profundamente al equipo de profesionales del centro de salud Cuenca II por su entrega, su cercanía y su vocación de servicio. Su labor no solo ha enseñado técnicas de RCP, sino que ha sembrado en nuestros estudiantes una semilla de conciencia ciudadana que sin duda dará frutos.