SENDERISMO Y NATURALEZA PLENA PARA CONCLUIR EL SEGUNDO TRIMESTRE ESCOLAR

Alumnado y profesorado del CEIP Santa Ana han desarrollado diversas actividades en la naturaleza para dar por terminado el segundo trimestre del curso escolar, una actividad saludable y educativa.

Por un lado, el alumnado de 5º EP se calzaba sus botas de montaña y con las mochilas en ristre para que no faltase la hidratación y los alimentos saludables se dirigían hacia uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Cuenca: el Cerro del Socorro. Callejeando por las calles de la capital comenzaba el ascenso hacia este monte mirador de la ciudad por sus empinadas laderas y sendas de dificultad media consiguiendo coronar con esfuerzo y algún que otro alto en el camino. Ya a los pies del monumento seña de la capital recuperaban fuerzas para continuar momentos después el descenso por la otra cara de esta montaña: el Via Crucis.

Con ilusión en sus caras unos y con cierto miedo a las alturas otros atravesaban el Puente de San Pablo para llegar a las escaleras de la catedral de Cuenca, otro de los emblemáticos lugares de Cuenca. Seguidamente, bajaban por las escaleras que dan acceso a la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de la Diócesis de Cuenca, repleta de visitantes por ser Viernes de Dolores y antesala del comienzo de la Semana Santa. En este lugar, aquellos alumnos y alumnas que lo deseaban accedían al interior del templo para besar el Manto de la Virgen mientras el resto de compañeros y compañeras esperaban en el exterior recuperando el aliento de la marcha. Posteriormente, la ruta continuaba por el Paseo del Recreo Peral y Parque Fluvial para llegar de nuevo al patio del colegio justo a la hora marcada para el fin de las clases.

Por otro lado, el alumnado y profesorado de 6º visitaban a un paraje especial de nuestra provincia, muy cercano a la capital, pero que no tiene la difusión social y educativa que se merece. Estamos hablando del impresionante paraje de “Las coberteras” o «Las corbeteras» de Pajaroncillo.

La ruta a pie se inicia desde dicha pequeña localidad del valle del Cabriel, y después de unos cuatro Kilómetros de suave paseo, se llega al majestuoso paraje de enormes rocas de intenso color rojo, completamente diferentes a las calizas y dolomías a las que estamos acostumbrados en la serranía de Cuenca. La primera impresión es increíble, es una sensación de estar en otra zona completamente
diferente de nuestro país, incluso, si se le pone imaginación, parece se ha llegado, no se sabe cómo, al planeta Marte. El profesorado explicaba el origen y las características de estas rocas, formadas por pequeñas partes de cuarzo y óxido de hierro, que le confieren una dureza formidable, hasta el punto de poder ver como se utilizan piedras de afilar metales.

La segunda parte de la visita tenía que ver con la historia ya que este paraje estuvo habitado en el periodo mesolítico, una transición entre el paleolítico y el neolítico, de forma que por la zona se pueden encontrar abrigos rocosos con pinturas rupestres (no olvidemos que la localidad de Villar del Humo está muy cerca). También se visitaban los túmulos funerarios de la zona con más de 2000 años de historia y
pertenecientes al asentamiento celta más al sur de la península ibérica. Impresionante ver como construían y levantaban estos monumentos para enterrar a sus personas más influyentes, pudimos ver tres de estas construcciones, pero según nuestros profes hay más de veinte por la zona.

En resumen, una jornada especial en la que combinamos la actividad física con el aprendizaje in situ de unos de los parajes más impresionantes y con mucha historia que contar de la provincia de Cuenca. Sin duda, una jornada deportiva y cultural para valorar el patrimonio que la ciudad nos ofrece y descansar durante unos días de la actividad escolar.